La lucha animalista ha llegado al Ayuntamiento de Barcelona, que aprovó en mayo de 2019 la reconversión del Zoo. Con 127 años de historia, verá como un comité determina en 3 años que se hará con los 2000 animales, la mayoría decomisados y de especies amenazadas, solo dejando aquellos con planes de cría y reintroducción.
La poca inversión ha perjudicado las visitas y la calidad de las instalaciones, situación que han denunciado los cuidadores que se preocupan por el bienestar animal, pero ven, detrás del giro animalista del Ayuntamiento, una voluntad de cerrarlo con finalidades urbanísticas.